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El cannabis ha despertado el interés de los científicos desde hace mucho tiempo, especialmente sus dos componentes principales: el cannabidiol (CBD) y el tetrahidrocannabinol (THC) . Aunque estas sustancias funcionan de maneras muy diferentes, investigaciones recientes revelan sus interacciones sutiles. Descubrimientos recientes muestran que el CBD puede ayudar a reducir los efectos secundarios del THC, como la adicción y la pérdida de memoria, al tiempo que mejora sus propiedades beneficiosas.
El CBD es uno de los más de 200 cannabinoides naturales que se encuentran en la planta de cannabis. A diferencia del THC, no causa un efecto psicoactivo, lo que significa que no te hace sentir "colocado". Su popularidad se disparó después de la aprobación de la Ley Agrícola de 2018 en Estados Unidos, que legalizó el cáñamo industrial.
El THC, por otro lado, es el principal componente psicoactivo del cannabis. Interactúa activamente con los receptores cannabinoides en el cerebro, provocando un estado eufórico, pero también puede causar efectos no deseados, como ansiedad, pérdida de memoria y adicción. Con el uso prolongado de altas dosis de THC, aumenta la probabilidad de sufrir trastornos mentales como ansiedad y depresión.
Una investigación reciente publicada en ACS Neuroscience muestra que el CBD puede modular la función de los receptores con los que interactúa el THC. Esto ayuda a mitigar los efectos negativos del consumo de THC, como la ansiedad y los problemas de memoria a corto plazo.
Los científicos han descubierto que el CBD actúa como una especie de "interruptor" de la actividad del receptor, permitiendo regular los efectos del THC. Por ejemplo, si el THC activa un receptor y provoca euforia, el CBD puede bloquear o debilitar parcialmente esta acción, ayudando a evitar un efecto psicoactivo excesivo. Este efecto puede ser útil para aquellos que consumen cannabis con fines médicos pero no quieren experimentar un cambio pronunciado en la conciencia.
Este descubrimiento tiene implicaciones importantes para la medicina. Si podemos aprender a regular con precisión la interacción del CBD y el THC, será posible desarrollar medicamentos basados en el cannabis más seguros, por ejemplo, para el tratamiento del dolor crónico, la esclerosis múltiple, la epilepsia e incluso algunos trastornos mentales.
La investigación actual está explorando la posibilidad de desarrollar fármacos en los que la proporción de CBD y THC esté estrictamente controlada. Esto puede permitir que los pacientes reciban el máximo beneficio de la terapia con cannabinoides y minimicen el riesgo de efectos adversos.
Los científicos también están considerando la posibilidad de crear CBD sintético, que podría modular más eficazmente el funcionamiento de los receptores y reducir los efectos no deseados del THC. Esto podría abrir una nueva página en la farmacología de los cannabinoides. En el futuro, será posible desarrollar medicamentos que contengan moléculas sintetizadas artificialmente que afecten más específicamente a receptores concretos del organismo.
Una de las áreas de investigación más prometedoras es el uso de CBD para reducir la adicción a los opioides. Algunas evidencias sugieren que el CBD puede reducir los antojos de drogas y ayudar a los pacientes con adicción .
Sin embargo, es importante tener en cuenta que el propio CBD también puede interactuar con varios receptores en el cuerpo. Los investigadores están estudiando cómo afecta exactamente a los receptores opioides y si esto podría causar efectos no deseados cuando se toma simultáneamente con CBD y, por ejemplo, morfina. Además, se están realizando investigaciones sobre los efectos del CBD en otros sistemas corporales, incluidos sus efectos sobre los niveles de cortisol y la respuesta al estrés.
Desde el 16 de agosto de 2024, el uso de cannabis medicinal está oficialmente legalizado en Ucrania . La ley tiene como objetivo ampliar el acceso de los pacientes al tratamiento de enfermedades crónicas, incluido el cáncer y el trastorno de estrés postraumático (TEPT). Según estimaciones del Ministerio de Salud de Ucrania, unos 6 millones de ciudadanos podrían beneficiarse del cannabis medicinal. Sin embargo, sólo puede adquirirse con receta médica y su uso recreativo sigue prohibido.
Los legisladores ucranianos también están considerando la posibilidad de incluir el trastorno de estrés postraumático (TEPT) en la lista de enfermedades para las que se permite el tratamiento con cannabis. Esto es especialmente importante para los veteranos de guerra que sufren los efectos del combate. En los próximos años se prevé introducir programas de formación para médicos con el fin de garantizar la correcta prescripción y seguimiento del uso del cannabis medicinal.
Esto se aplica exclusivamente al cannabis medicinal con contenido controlado de THC y CBD. Las formas aisladas de CBD también son completamente legales y disponibles, no están sujetas a restricciones estrictas y pueden utilizarse en numerosos casos terapéuticos.
La interacción del CBD y el THC es la clave para un uso médico más seguro y efectivo del cannabis. La capacidad de controlar sus efectos ayudará a crear nuevos medicamentos que pueden cambiar la vida de millones de personas. Comprender los mecanismos de acción de estas sustancias ayudará a integrarlas en la medicina oficial y crear medicamentos seguros basados en ellas.
Antes de usar cualquier producto cannabinoide, es importante consultar con un profesional de la salud para determinar su seguridad y adecuación para su situación específica. También es importante mantenerse al día con los cambios legislativos respecto al uso médico de los cannabinoides, ya que las regulaciones y restricciones pueden variar según la región.
Enlace del estudio: "Identificación de un sitio de unión alostérico negativo para el cannabidiol en el receptor CB1: un estudio combinado de mutagénesis computacional y dirigida al sitio" por Pankaj Pandey et al., 15 de enero de 2025, ACS Chemical Neuroscience.